Se puede cortar el círculo vicioso de la preocupación cambiando el foco de atención. Pero la mayoría de las personas aprensivas no responden a este método. El hábito de la preocupación es reforzado, al centrarse en las preocupaciones, en las sensaciones subjetivas y fisiológicas.
Método sencillo para ayudar a los aprensivos crónicos a controlar su hábito.
- Tomar conciencia de uno mismo y registrar el primer acceso de preocupación tan pronto como sea posible, adiestrándoles a identificar las situaciones, imágenes y pensamientos que desencadenan el ciclo de la preocupación y las sensaciones corporales de ansiedad que las acompañan.
- Aprender alguna técnica de relajación para ejecutarla en el momento inicial.
- Adoptar postura crítica ante las creencias que sustentan la preocupación.
- Desviar la atención hacia otras alternativas plausibles de pensamiento.
- En casos más graves, medicación y psicoterapia serían necesarias.