Esta se genera cuando las circunstancias son difíciles o adversas y nos ilumina como un faro de luz, que refuerza nuestra creencia de que todo puede cambiar y mejorar.
Esperanza es la creencia de que uno tiene la voluntad y dispone de la forma de llevar a cabo sus objetivos.
Es la capacidad de automotivarse, de sobreponerse a las situaciones difíciles, de no rendirse a la ansiedad, el derrotismo o la depresión, de ser flexibles para encontrar soluciones distintas o cambiar los objetivos, de saber descomponer una tarea compleja en otras más sencillas y manejables.
La esperanza es una de las caras de la resilencia, una de las piedras de toque de la nueva psicología positiva, la capacidad de superar las situaciones adversas y el dolor emocional.