La reflexión excesiva en lo que se está haciendo interrumpe el estado de “flujo” y hasta el mismo pensamiento de que lo que se está haciendo está bien puede llegar a ponerle fin.
Toda la atención se focaliza, sólo existe la tarea realizada, se pierde la noción del tiempo y el espacio.
Es lo opuesto de la reflexión y la preocupación. El rendimiento es extraordinario a pesar de que la persona esté totalmente despreocupada de lo que hace, la única motivación es el mero gusto de hacerlo. La esencia del flujo es la concentración.
Si la demanda es muy inferior a la capacidad de la persona, se aburre y si es excesiva termina angustiándose.
Cuando las personas realizan actividades que capturan su atención y la mantienen sin realizar esfuerzo alguno, su cerebro se sosiega, disminuyendo la estimulación cortical.
Ya que un movimiento bien practicado requiere mucho menos esfuerzo mental que aquel que está siendo aprendido o los que son todavía muy difíciles.
Debido a la fatiga, el nerviosismo o el aburrimiento, el cerebro trabaja menos eficazmente, disminuye la precisión del esfuerzo cortical y se activan muchas áreas superfluas.
El modelo de educación en la inteligencia múltiple de Gardner gira en torno a identificar y fortalecer el perfil de competencias naturales de un niño al tiempo que trata también de despojarle de sus debilidades.