Truco de magia revelado de los cuatro ases. Aprende este fantástico juego de magia fácil e impactante para sorprender a tus amigos en tu próxima fiesta.
EFECTO
De una baraja mezclada, tras un pequeño ritual, un espectador corta por los 4 ases.
MATERIAL
Baraja con 4 ases
TÉCNICA
Mezcla falsa conservando el paquete superior.
PREPARACIÓN
X A A A A X … X
EJECUCIÓN
Haz una falsa mezcla de la baraja conservando como mínimo las 5 cartas superiores.
Mezcla americana, conservando el paquete superior. O mezcla overhand con cartas de cara y con retroceso mirando al público cuando vuelves a poner el paquete ordenado arriba.
Pide al espectador que divida la baraja en 4 montones, como demostración lo haces tú primero, de la siguiente manera:
- Coge todas las cartas con la mano por encima. Deja el cuarto inferior de las cartas a la izquierda de la mesa.
- Deja el tercio de las cartas restantes a la derecha del paquete de la mesa.
- Deja la mitad de las cartas restantes más a la derecha.
- Y deja las últimas cartas de la mano a la derecha del todo, este último paquete tiene arriba el stack preparado.
Recompón la baraja para que las cartas ordenadas queden arriba. Y dale las cartas al espectador para que éste haga sus cuatro montones. Cerciórate de que el espectador obre bien.
Así dejará el paquete con las cartas ordenadas a la derecha. Para nosotros este montón será el número 4, y el de la izquierda el número 1.
Ahora di que vamos a hacer un pequeño ritual.
Si no te fías de que el espectador haga bien el ritual puedes hacerlo tú mismo. Por ejemplo, un espectador torpe, un niño pequeño,… Pero es importante que intentes que lo haga el público, así aprenderás a dar instrucciones, algo muy importante en la magia, y en la vida.
- Pide al espectador que coja el paquete de la izquierda, el número uno. Como es el número uno, dile que coja la carta de arriba y la pase abajo. A continuación dile que ponga la siguiente carta encima del montón número 2, la siguiente en el 3, y la siguiente en el 4.
- Vamos a hacer igual con el resto de los paquetes. Se coge el paquete número 2. Como es el número dos, se ponen dos cartas debajo. Y se pone la siguiente carta encima del montón uno, y la siguiente encima del 3 y la siguiente encima del 4.
- Hacemos igual con el montón número 3.
- Y por último igual con el montón número 4.
De esta forma conseguiremos, al pasar 4 cartas abajo, deshacernos de la carta extra que estaba sobre los ases y de las tres que hemos añadido, dejando los ases arriba. Además luego con el siguiente movimiento conseguimos poner un as encima de cada paquete.
Después de este ritual debemos reforzar la situación inicial recordando cómo estaba al principio y lo que hemos hecho.
“Al principio, mezclamos, ¿verdad?”. “Sí, es verdad, mezclamos” responderá.
Es mentira, no mezclamos, realmente mezcló el mago, el espectador no. Pero al contestar que sí, su mente domesticada asume que el espectador también mezcló. Nuestra mente se autoengaña y se deja influir con mucha facilidad.
“Luego cortaste por donde quisiste”. “Sí, es verdad”, afirmará.
El espectador pudo hacer los paquetes más o menos grandes. Pero realmente cortó como nosotros le indicamos. No hubo tal libertad.
“Hicimos un pequeño ritual”.
No le damos demasiada importancia porque allí radica el secreto. Si no le damos importancia el público tampoco. Nuestra mente no tiene tiempo para analizar todo, tan sólo analiza y recuerda lo que considera importante. Y la mayoría de las veces le damos importancia a lo que no es, influidos por este mundo que nos aliena y nos condena a no cuestionar los dogmas que nos imponen.
(El espectador piensa: “Total que hemos hecho pasar unas cartitas abajo y arriba, qué más da, si lo importante es que YO he cortado por donde he querido”).
“Y a pesar de eso has cortado por, un as, dos ases, tres ases y cuatro ases”. Voltea uno a uno las cartas superiores de los paquetes, con suspense.
El espectador ha cortado por los ases, es muy bueno, felicítale.
Al darle el mérito al espectador conseguimos tenerlo de nuestra parte. Es un aliado y un aliado no intentará fastidiarnos el truco, y su mente dejará de buscar la situación.
Las alabanzas son la gran trampa de esta sociedad; sobre todo, cuando son falsas alabanzas que lo único que buscan son adormilar la mente.
Además podemos pedirle un aplauso para él. El fuero interno del auditorio sabe que realmente el aplauso es para el mago. Disfruta de la ovación que también te has ganado.
NOTAS
La parte más débil del truco es el ritual. Es la parte más aburrida, donde el espectador puede perder el interés. Para evitarlo usa una charla amena, sobre todo en esta parte.
Esta pérdida de interés hace que la mente también se relaje, es muy complicado recordar todo el procedimiento, y nuestras mentes vagas suelen abandonar a la mínima dificultad. Nos aprovechamos como siempre de cualquier debilidad de la mente.
Al reforzar la situación inicial les recordamos a los espectadores lo que a nosotros nos interesa, para potenciar así el efecto. Los puntos débiles pasarán desapercibidos.
La vida se encarga de reforzarnos unas partes concretas de los problemas, haciéndonos casi invisibles las otras. Esforcémonos en no conformarnos como otros han expuesto el problema para nosotros, tengamos nuestro propio punto de vista.