El taumatropo consiste en un disco con dos imágenes distintas en ambos lados. De cada lateral del disco sale una cuerda que al tensar y girar hace que ambas figuras se conviertan en una sola por el principio científico de la persistencia retiniana.
El taumatropo es en realidad una ilusión óptica que fue muy popular entre los niños de la Inglaterra victoriana. El ejemplo clásico, con el que dio a conocer el principio de la persistencia retiniana su inventor fue el de un pájaro y una jaula. Consiguiendo enjaular el pájaro al girar el disco rápidamente.
Para fabricarlo basta con recortar un círculo de unos pocos centímetros de radio. En cada uno de los lados haremos un dibujo. O bien haremos dos discos, dibujando una de sus caras y pegando ambos discos por las caras no dibujadas. Luego hay que hacer unos pequeños agujeros casi en el punto donde el diámetro corta la circunferencia. Y atamos en ellos sendas cuerdecitas.
Al estirar las cuerdas e incluso al girarlas entre las puntas de los dedos, conseguiremos que el disco gire y lograremos el efecto de la unión de ambas figuras por el ya mencionado principio de la persistencia de la imagen en la retina. Principio que fue el fundamento de todo un arte como el cine.
Os dejamos algunos modelos de taumatropos para que hagáis en casa o en vuestra próxima fiesta. Lo ideal es que los propios niños hagan sus dibujos personales y luego los coloreen. Será una manualidad fantástica. Dibujar, colorear, recortar, atar y luego jugar. Sin olvidarnos de la lección de física que aprenden. ¿Se puede pedir más?
Nosotros haremos taumatropos la próxima vez que vayamos a actuar al restaurante donde hacemos magia y talleres para niños, Latigazo restaurante & Lounge. Ya os mostraremos los resultados.