Algo tan mundano como viajar, disfrutar del turismo, también puede ser muy útil para el crecimiento de la mente racional. Y además, ¿qué puede haber más placentero que unas vacaciones en otro país, en otra ciudad?
Viajar es ver cosas nuevas, hacer cosas nuevas, hablar con gente nueva, vivir experiencias nuevas. Y como venimos diciendo, la esencia de una mente activa es la novedad. Hacer cosas nuevas. Y si además las hacemos en un contexto distendido, sin exigencias, donde sólo pensamos en el disfrute, mejor que mejor.
Esta sociedad tan globalizada que tiende al pensamiento único, que tiende a la unidad de la cultura, donde no hay fronteras de personas ni de pensamientos, es también una ventaja para nosotros. A la larga se acabará con la diversidad, pero todavía podemos disfrutar de ella a la puerta de nuestra casa, en la mesa de al lado de nuestra oficina.
Las personas de otras partes del mundo, de otras culturas, todavía piensan un poquito distinto a nosotros, cada vez menos, pero todavía estamos a tiempo de disfrutar de sus diferencias, de aprender de ellas. Nuestra mente crecerá y aprenderá nuevas formas de afrontar la vida.
Muchos de nuestros compañeros de trabajo son de otros países, piensan distinto, aprovechémonos de ello. Conozcamos sus puntos de vista, sus formas de encarar los problemas. La diversidad de pensamientos es la raíz del pensamiento original. Vivamos con ellos y expandamos nuestras mentes, antes de que el pensamiento único, globalizado, acabe con la diferencia.