Como ya vimos, en el artículo anterior, no es fácil encontrar una buena miel.
El tratamiento industrial puede hacer perder a la miel todo lo sano que tiene y convertirlo en un azúcar de sabor distinto.
Trucos fáciles para saber que la miel es lo más pura posible:
- La miel es muy densa, no es líquida. Si empapas un pedazo de pan con miel, y el pan se reblandece, como diría Rosalía, malamente, la miel no es buena. El pan debe permanecer seco.
- Si echas miel en un vaso de agua y la miel se disuelve, como diría Rosalía, malamente. La miel debe permanecer en el fondo, compacta. Si se disuelve en lugar de miel es azúcar lo que estás tomando.
- Y el mejor truco, si es barata, ni la compres. Aquí no hacemos caso a Rosalía, sólo al sentido común.
La miel debe ser procedente 100% de la Unión Europea. Los políticos están trabajando en una ley que obligue a poner las proporciones de miel y el país de procedencia. Algún día terminarán la ley. Pero mientras tanto escuchemos a Rosalía.