Os proponemos un nuevo acertijo para seguir trabajando el pensamiento creativo:
Un auto con las luces completamente apagadas viene a toda velocidad por una avenida que tiene los postes de luz también apagados. Adelante, en la esquina próxima, un tipo totalmente distraído cruza la calle.
Dicho peatón, viene vestido absolutamente de negro: chaqueta negra, pantalón negro, camisa negra, zapatos negros, sombrero negro, gafas negras, calcetines negros e inclusive él es negro.
Como están las cosas, el auto debería haber atropellado al peatón, sin embargo, el chófer logra verlo y evita el accidente.
¿Cómo se percató el conductor del peatón?
Seguro que a estas alturas no tardas nada en resolver este acertijo. La mente ya se está acostumbrando a pensar de forma diferente al pensamiento único. Ya no te dejas engañar por las trampas de los enunciados. No das por hecho informaciones que no existen en el problema.
A veces la solución es tan evidente que la desechamos. ¿Cómo es posible que nos pregunten esa tontería? Nuestra mente evita la solución obvia y busca otra más elaborada que le deje a una altura mayor. Nuestra mente es maravillosa y quiere destacar y demostrar su sapiencia.
En este caso la solución no puede ser más tonta. Era de día.
Es como cuando nos ponemos a buscar las gafas, sin darnos cuenta que las llevamos puestas. Nuestra mente se centra en la tarea de buscar las gafas, da por hecho que no las llevamos encima porque no tendría sentido la acción de buscarlas. Sería ridículo porque estarían donde tenían que estar. Pensemos en lo obvio por muy ridículo que nos parezca.