Disciplina positiva es la forma en que se corrige la mala conducta de los niños. Debe ser previsible, apropiada a las edades y estar bien pensada.
Todos los niños y adolescentes necesitan disciplina en un sentido positivo y restringido. La disciplina debe ser firme y coherente cada vez que ponen a prueba los límites de las normas sociales, cosa que hacen todos los niños de vez en cuando.
Para que un niño crezca con un alto coeficiente de inteligencia emocional es mejor ser estricto que excesivamente indulgente y permisivo.
Una disciplina será efectiva si:
Se establecen reglas y límites claros. Se pueden incluso escribir y fijar en la pared.
Darle al niño advertencias y señales cuando comienzan a tener un mal comportamiento. Así aprenderán autocontrol.
Definir el comportamiento positivo, reforzando la buena conducta con elogios y afecto e ignorando la conducta que sólo busca llamar la atención.
Educar al niño conforme a sus expectativas.
Prevenir los problemas antes de que aparezcan. Según la psicología de la conducta, la mayoría de los problemas se producen como resultado de un estímulo o señal específica. La comprensión y eliminación de dichas señales ayudarán a evitar las situaciones que dan lugar a las malas conductas.
Cuando se transgrede una norma o límite claramente establecido, de forma intencional, se aplicará un castigo inmediato de manera adecuada. Hay que ser coherente y cumplir exactamente lo que dijo que haría.
Si un castigo fuera necesario, éste debería guardar relación con la regla infringida o la mala conducta.
Usar las técnicas disciplinarias que más le vayan.
