Es una pena esta pérdida, vale la pena seguir recordando, volver a repasar de vez en cuando. Sabemos resolverlo, pero no cómo, por este motivo no podemos compartir nuestros conocimientos. Enseñar es la mejor manera de aprender.
Cuando enseñamos algo, una materia, una técnica mágica, una algoritmo del cubo de Rubik,… estamos interiorizando el porqué, analizando y buscando los detalles más fundamentales para poder explicar mejor.
Clarificamos y simplificamos el método para que sea mejor captado por los alumnos y por ende por nosotros mismos.
Esto es una gran ayuda para nosotros, para entender verdaderamente el problema. Todas y cada una de las facetas que puedan causar dudas en nuestro alumno deben estar totalmente interiorizadas.
Cuando enseñamos el que más aprende es el maestro. Pero para eso hay que dedicarle tiempo y ganas. Hay muchos profesores con grandes conocimientos que no saben transmitirlos. Saben tanto, como pasa con los algoritmos del cubo de Rubik, que han olvidado cómo lo aprendieron, y por ello no saben cómo explicarlo.
Cuando nos empeñamos en crear explicaciones claras y sencillas para nuestros alumnos nuestra mente está creando unos patrones de claridad y sencillez que luego serán utilísimos para ver nuestros otros problemas de forma clara y sencilla.