Los estados de ánimo positivos aumentan la capacidad de pensar con flexibilidad y complejidad, facilitan encontrar soluciones.
Optimismo es tener una fuerte expectativa de que, en general, las cosas irán bien a pesar de los contratiempos y las frustraciones. Impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente a las adversidades.
El optimismo ingenuo, sin embargo puede llegar a ser desastroso. Según los optimistas los fracasos se deben a algo que puede cambiarse. Los pesimistas se echan las culpas de sus fracasos, son debidos a alguna característica inmutable. Por tanto no hacen nada para cambiar el problema.
El optimismo es un buen predictor del éxito académico. El éxito se puede definir como la combinación entre el talento razonable y la capacidad de perseverar ante el fracaso. El optimismo puede aprenderse.
Desarrollar algún tipo de habilidad, como la magia, fortalece la sensación de eficacia y predispone a asumir riesgos y problemas más difíciles, que una vez superados aumentan la sensación de autoeficacia.