- Hablar directamente a los demás.
- No esperar siempre a que los demás den el primer paso.
- Mantener conversaciones más allá de monosílabos.
- Expresar gratitud.
- Ceder el paso al cruzar las puertas.
- Esperar para servirse a que el otro lo haga.
- Dar las gracias.
- Pedir por favor.
- Compartir…
La ausencia del aprendizaje de estas normas lleva a incomodar a quienes nos rodean, y generan ansiedad. Los niños suelen ignorar a estos niños, se les considera niños raros.
Estos niños que no pueden expresar sus emociones o leer adecuadamente las de los demás se sienten continuamente frustrados. Terminan careciendo de toda sensación de control sobre la forma en que les tratan los demás y sobre la forma en que sus acciones afectan a quienes les rodean. Se sienten incapaces, deprimidos y apáticos. Además de individuos socialmente aislados, suelen tener problemas académicos.