Pasemos a describir este bonito juego.
Escribe en una hoja todos los números en orden, menos el 8.

1 2 3 4 5 6 7 9

Pregunta a un espectador si ve algo raro. Efectivamente dirá que falta un número, el 8. Dile que por favor no lo nombre. A ti ese número no te gusta. Por eso no lo has puesto.

Seguro que al espectador hay otra cifra que tampoco le gusta. Pídele que te diga el número que menos le gusta, debe ser un número del 1 al 9. Comenta que cuando tú ves tu número odiado gritas y que él debe hacer lo mismo.

Pero antes le vas a pedir que haga una pequeña operación. Supongamos que su número odiado es el 5. Hazle que multiplique el número que escribiste por el número 45.

1 2 3 4 5 6 7 9 x 4 5 =

Al resolverlo se dará cuenta de que sale más de un 5, dando un grito cada vez que lo ve. En realidad serán todos 5, su cifra odiada.

    1 2 3 4 5 6 7 9
                    x 4 5
   6 1 7 2 8 3 9 5
+ 4 9 3 8 2 7 1 6

    —————–

  5 5 5 5 5 5 5 5 5

Es por tanto un final sorpréndete y a la vez gracioso, al ver como da gritos y más gritos.

La explicación, el secreto, el truco, o como queráis llamarlo es muy sencillo. Basta con poner como multiplicando el 12345679, y como multiplicador el número que piense el espectador multiplicado por 9. Es decir si piensa el 1, multiplicaremos por 9; si piensa en el 2, multiplicaremos por 18; si fuera el 3, por 27; etc. (Otro día os contaremos como enseñar la tabla del 9 a los niños).

Lógicamente el juego sólo lo podremos hacer una vez. Ya que al realizarlo en una segunda ocasión daríamos lugar a que pudieran descubrir el patrón. Esta regla de “no repetir dos veces el mismo juego a los mismos espectadores el mismo día” es una de las reglas básicas de la magia.

Enseñando este juego de la cifra odiada a niños les ayudaremos a ver las matemáticas de una forma divertida y quizás provoquemos que acaben gustándoles un poco más. A los niños, y en verdad a cualquiera independientemente de su edad, les encanta aprender, siempre y cuando vean utilidad en lo que estudian. Ojalá este juego sea un pequeño acicate para contribuir a que nuestros pequeños tengan una mejor relación con uno de las grandes contribuciones de la humanidad, las matemáticas.