Partamos de la base de que no es necesario tomar leche. Aquello de tres lácteos diarios no tiene base científica, más bien es una cuestión comercial.
¿Te puedes creer que los países del mundo donde se toma más leche son los que tienen más osteoporosis? Quizás la solución no esté en el calcio de la leche, quizás esté en el ejercicio.
Por otra parte, los detractores dicen que somos el único animal que tomamos leche siendo adultos. Sí, y también somos el único animal que circula a 90 Km/h por la M30, o que come bocadillos de panceta.
Hay personas a las que le sienta bien la leche y hay otras a las que no. Hay una parte de la población que está mejor adaptada que otra a su consumo.
El ser humano, aparte de la leche materna, toma leche de mamíferos desde hace más de 7000 años. En el norte de Europa, con la glaciación, empezaron a tomar leche, los más adaptados y tolerantes a la lactosa y a la proteína animal sobrevivieron y sus genes se transmitieron.
Si la leche te sienta mal, prueba leche sin lactosa. Si te sigue sentando mal, prueba quesos y yogures, es posible que los toleres.
Aparte de los problemas digestivos es posible que la leche te provoque problemas autoinmunes o incluso acné. Quita la leche una temporada de tu dieta, si ves que mejoras es que no estás bien preparado para su consumo. Evítala pues.
La leche hay que tomarla con toda la nata, leche entera. La costumbre de los desnatados hay que dejarla. Es un error del pasado que no nos ha hecho ningún bien.
La leche desnatada tiene menos calorías, pero a costa de quitarle la beneficiosa grasa saludable, con sus vitaminas liposolubles. Produce menos saciedad. En realidad engorda más porque te hace comer más.
La leche semidesnatada es una opción intermedia.
Aunque te siente bien, tomar tres lácteos al día es demasiado, desplazas otros alimentos necesarios. Toma un lácteo o dos y el resto frutas, verduras, huevos, frutos secos, legumbres, carnes, pescados…
Es mejor tomar quesos, yogures, kéfir que leche. Tienen más beneficios y menos problemas digestivos.
Es mejor tomar leche de animales pequeños que de vaca. Prioriza la leche de oveja y de cabra. Es más parecida a la leche materna y estamos mejor adaptados.
La leche de vaca no es un veneno blanco. No se usan esteroides ni hormonas de crecimiento. Están prohibidísimas, por lo menos en Europa. No se usan antibióticos por norma. Claro, a no ser que la vaca enferme, mastitis de tanto ordeño mecánico. En ese caso se le administran los antibióticos necesarios. Y no se utiliza la leche hasta que pasan una cuarentena y ya no queda rastro de antibióticos.
Todo ello son mitos y leyendas urbanas para asustarnos.
El problema de la leche es si no te sienta bien, si no estás adaptado. Más de la mitad de la población no está adaptado para su consumo. ¿Cuál es tu caso?
Si no tomas leche no pasa nada, el calcio se obtiene de otras muchísimas fuentes: legumbres como la soja, pescados como las sardinas y el salmón, en espinacas y col, en frutos secos como la almendra,…
Si te gusta tomar un líquido blanco prueba las bebidas vegetales: soja, almendras, avena, coco,… Pero sobre todo, que no tengan azúcar añadido.
Leche fresca o UHT, mantienen los mismos nutrientes. Aunque la leche pasteurizada pierde un poco de sabor.
No tomes la leche fresca cruda, podrás coger infecciones de bacterias y microorganismos si estaba contaminada.
Nuestras abuelas no tomaban la leche cruda, la hervían. Así que esta moda moderna de lo crudo no tiene ningún sentido. De hecho están aumentado mucho los casos de infecciones por consumo de leche sin tratar.
La leche es un buen alimento, si lo toleras. Pero de ahí a que ocupe un lugar tan importante de nuestra pirámide alimenticia…