Otro enigma clásico.
“En una determinada casa las dos alas del tejado tienen diferente inclinación; un ala tiene una inclinación de 60º y la otra de 70º. Supongamos que un gallo pone un huevo exactamente en la cumbre. ¿Hacia qué lado del tejado caería el huevo?”
Piensa la respuesta antes de seguir leyendo. Recuerda que para la mente es más útil el ejercicio de buscar la solución que saberla sin esfuerzo. Nuestra meta es crear nuevos surcos mentales, distintos a los habituales, distintos a los que la sociedad nos ha impuesto que son comunes al resto de las personas.
En este reto podríamos aventurarnos a dar una respuesta, caería hacia el lado de más inclinación o hacia el otro, depende del viento,…
En realidad es un caso de problema erróneo. Nos han planteado un problema con datos erróneos. Los gallos no ponen huevos. Así de sencillo y de ridículo era el problema.
¿Cuántas veces intentamos resolver un problema y por mucho que lo intentamos no lo conseguimos? Tal vez sea que el problema está mal planteado. Fijémonos si hay datos erróneos, mal obtenidos, o que asumimos de una manera y luego resulta ser de otra.
Os proponemos otro enigma clásico, con la ventaja de que por el título del post sabéis que tiene un error. ¿Pero cuál es?
“3 amigos pagan en un bar una cuenta de 30 € poniendo 10 € cada uno. El camarero se da cuenta de que les ha cobrado cinco euros de más y se los devuelve en monedas.
Al no podérselos repartir, deciden quedarse un euro cada uno y dejar los dos restantes de propina.
Cada uno de ellos puso 10 €, menos 1 € de la vuelta hacen 9 €. Si los multiplicamos por 3 son 27 € que, sumados a los 2 € de propina resulta … ¡29 €!
¿Dónde está el euro que falta?”
En esta ocasión no os vamos a decir la solución, vuestro cerebro no nos lo perdonaría. Quizás en el próximo artículo os contemos nuestra explicación para saber si es parecida a la vuestra.