Hoy haremos un inciso entre tanta magia, hablaremos de las sombras chinas o chinescas.
Porque entretener a nuestros hijos o a nuestros amigos no tiene porque salirnos caro, ni siquiera costarnos dinero. Basta con un poco de ensayo y la luz de una simple vela o una linterna para pasar ratos muy divertidos. Las sombras chinescas que tienen un origen milenario pueden considerarse desde un juego para niños a un arte escénica de primer orden. Son muchos los magos que incorporan un número de sombras en su espectáculo. En la variedad está el gusto.
Para hacer sombras chinas basta con colocar las manos entre una fuente de luz y una pared. Adoptar posturas con manos y dedos, a veces dolorosas por la falta de costumbre. Además moviendo dichos dedos se consigue sensación de movimiento, de vida, en las recreaciones que formamos. Un poco de música también ayudará a crear el ambiente necesario.
Para formar un número de sombras chinescas deberemos conocer al menos una decena de figuras. Pero mientras las aprendemos podemos jugar y practicar con nuestros amigos. O incluso enseñarles a hacer las más sencillas. Hasta un niño sería capaz de hacer alguna de ellas. Prueba por ejemplo con la paloma, una de las figuras más elementales, que podemos ver abajo. Por el contrario hay otras sombras más difíciles de conseguir. Al principio te parecerá imposible poner los dedos en la posición adecuada, tendrás incluso que ayudarte de la otra mano. Pero como todo es cuestión de práctica.
Nosotros no hacemos sombras chinas, mejor dicho, no hacíamos. Así que vamos a empezar a la vez el aprendizaje. Y como siempre intentaremos documentarnos de manera gratuita con lo que nos ofrece la red. Porque aprender nunca ha sido tan fácil como en esta época. Proponemos pues que aprendamos juntos este bonito arte.
Arriba podemos ver las sombras de 15 animales con la correspondiente posición de los dedos. ¿Te atreves? Empezaremos por hacer figuras estáticas y luego las dotaremos de movimiento dando sensación de vida. Ya hemos empezado, la tercera figura, el perro, ya casi nos sale sin dificultad. Y es sólo el principio. ¡Estamos tan ilusionados!