Adelgazar no es perder peso, es perder grasa. Cuidado con la pérdida de musculatura. Hay que bajar de grasa y aumentar, o conservar la masa muscular.
Cuidado con las básculas. No te fíes en exceso de ellas. Las básculas miden lo que pesas. Pero no te dicen la cantidad de grasa, carne magra o líquido que vas perdiendo.
Cuando comienzas un proceso de adelgazamiento teniendo déficit calórico lo primero que se pierde es líquido, agua. Tenemos demasiadas retenciones debidas a nuestra mala alimentación. El exceso de hidratos de carbono refinados se almacenan en forma de glucógeno y grasa. Y cada molécula de hidrato del glucógeno lleva adherida tres de agua.
Cuando entramos en déficit calórico lo primero que se pierde es este glucógeno, eliminando de paso el agua que le acompaña. Así que al principio se pierde mucho peso. Las primeras semanas te pones muy contento. Pero solo estás perdiendo agua, nada de grasas. La próxima vez que comas un exceso hidratos de carbono lo recuperarás.
En esta etapa puedes tener sentimientos contrapuestos. Al principio te estimulas, vas por el buen camino, qué rápido pierdes peso, esto está chupado, en nada de tiempo me pongo como una portada de revista.
Pero luego te estancas, no pierdes peso con tanta alegría. Y te empiezas a preguntar qué estás haciendo mal, merece la pena el esfuerzo. Te entran antojos y es más fácil abandonar.
Tenlo en cuenta. Solo pierdes agua. Pero si continúas con el déficit pronto empezarás en la siguiente fase, la pérdida de grasa.
Esta fase es la más lenta. Se pierde peso muy poco a poco. Pero tránquilo, ahora sí es lo que buscas, estás eliminando el exceso de materia grasa. Sigue adelante.
Existe el problema de a la vez que pierdes grasa puedes perder masa muscular. Nada recomendable. Para solucionarlo debes hacer ejercicios de fuerza, levantar unas pesas, hacer flexiones y dominadas, sentadillas,…
Si eres principiante es muy fácil que aunque estés en defícit calórico aumentes de musculatura. Es decir, no solo estás perdiendo grasa, estás ganando músculo.
En este caso, la báscula tampoco es tu amiga. Pierdes grasa, pero ganas músculo. La grasa ocupa mucho volumen, el músculo es más compacto, ocupa menos espacio. En el espejo te ves con menos grasa, la ropa se te queda grande, empiezan a intuirse las formas de tus músculos, todavía ocultas por la capa adiposa. Pero el peso dice que no pierdes o pierdes poco peso. No hagas caso a la báscula.
Has sustituido la grasa fofa, que pesa poco, y blandita por músculo prieto, que pesa más. Estás haciendo una recomposición corporal. Eliminando grasa y construyendo músculo. Estás en camino de tener un cuerpo más sano, más activo y más operativo.
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