- “Haz un nudo en una cuerda sin soltar los extremos”.
Coge una cuerda e inténtalo.
Lógicamente la cuerda no tiene ningún nudo hecho de antemano.
Cogerás un extremo de la cuerda con cada mano y deberás hacer un nudo sin soltar en ningún momento los extremos.
No se requiere nada de habilidad, tan sólo hay que pensar de forma diferente.
Para cambiar la forma de pensar muchas veces basta con cambiar el punto de partida, cambiar la situación inicial.
Nos piden que empecemos con la cuerda sin nudos, pero no nos dicen nada de nuestros brazos. ¿Y si empezáramos con nuestros brazos anudados, cruzados?
Efectivamente, si comenzamos con los brazos cruzados, y cogemos con cada mano un extremo de la cuerda, bastará con descruzarnos los brazos para conseguir hacer un nudo.
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Si nos obligamos una y otra vez a plantear los problemas con la misma situación inicial por qué luego nos sorprendemos de llegar una y otra vez a los mismos resultados insatisfactorios. Bastaría con cambiar el punto de partida.
Buscamos un trabajo sin resultados, porque nos empeñamos en trabajar en lo mismo. Cambiemos el tipo de trabajo que buscamos, seguro que lo encontramos.
Suponemos que debemos empezar como hace todo el mundo, como es habitual, como es norma. ¿Por qué? ¿Por qué nos autolimitamos? ¿Por qué no somos más flexibles? Esta flexibilidad si la aplicamos desde el principio será la que diferenciará nuestro pensamiento del resto, nos hará dar respuestas originales.