Cheat meal es una comida que hacen algunas personas del fitness donde se saltan la dieta sin miramientos, comiendo todo de lo que se habían privado y comiendo hasta hartarse. Están toda la semana con restricciones y llega el fin de semana y se ponen tibios a comer.
Es una costumbre que puede rallar en trastornos alimenticios.
Ni la dieta debe ser tan estricta, ni la comida de refeed, que ya vimos en el artículo anterior, debe ser tan abusiva.
El cheat meal se ha convertido en una comida donde se atiborran de comidas nada saludables, hamburguesas, pizzas, dulces,…
Estas personas fitness tienen medido hasta la última caloría que consumen y que gastan con sus entrenamientos. Conocen el déficit calórico al dedillo. Si cada día tienen un déficit de digamos 500 Kcalorias. El fin de semana disponen de 2500 calorías extras para ponerse ciegos a comer. El compendio de la semana, el global, sigue siendo déficit. Por tanto siguen perdiendo peso, que es lo que buscan en etapa de definición. Mentalmente descansan, gracias a este refeed, y se sienten menos ansiosos, pueden comer las mismas porquerías que sus amigos.
Pero el problema es que se cargan la parte de la salud. Este exceso de comida ultraprocesada, aunque en una sola ingesta, hace derribar todas los avances conseguidos durante la semana. Siguen consiguiendo sus objetivos estéticos, pero se olvidan de la salud.
Lógicamente no pasa nada por pecar un poco y comer algún ultraprocesado incorrecto. Lo malo es que se pasan, se atiborran.
De ahí están a un paso más cerca de un trastorno por atracón u otras compulsiones alimenticias. Hay que cuidar el cuerpo y la mente.
Olvídate de las comidas trampas. Haz recargas con medida, comiendo mayoritariamente comida real.