El pescado es una excelente fuente de proteínas, minerales como el yodo y vitaminas. Y el pescado azul además ofrece el beneficioso aceite con omega 3 y gran cantidad de vitaminas liposolubles.
El pescado en conserva no pierde nutrientes. Lo único afectado son las vitaminas hidrosobles, que se pierden por el calor necesario en su preparación. Pero esas mismas vitaminas se pierden cuando cocinamos nuestro pescado fresco en casa.
Por tanto el tema nutritivo no es un impedimento para su consumo. El problema suele ser los aditivos que lo pueden acompañar y los aceites de mala calidad. Además del envasado del que hablaremos más adelante.
Hay que elegir las conservas al natural, o con aceite de oliva virgen. En su defecto, aceite de oliva, que deberá ser retirado, ya que suele ser de muy mala calidad. Lo retiramos y lo reemplazamos por el saludable AOVE (el de oliva virgen).
El problema del embasado es debido a BPA (Bisfenol-A), que recubre las latas para impedir que el producto se oxide. Parte de este compuesto pasa al pescado y por tanto pasa a nuestro organismo. Efectos secundarios, supongo que los tendrá si te inflas a comer latas. Si las comes moderadamente no hay problemas.
Por tanto, no hay que preocuparse. Nuestra alimentación se basará en pescado fresco y congelado, y él de lata será únicamente un recurso que tomaremos esporádicamente. Alimentarse a base de conservas no es buena idea.
Hay latas muy económicas y otras de precio desorbitado, versiones gourmet. Lo bueno de las conservas es su gran duración, incluso años, útiles para una hecatombe o para tener almacenadas como precaución.
La conserva de pescado que más se consume en España, con diferencia, es el atún, más de la mitad. Luego le sigue la sardina y los mejillones.
El otro problema que se le achaca al pescado es el del mercurio. Hay mercurio en el pescado, sí. Pero en concentraciones pequeñas. No es el fin del mundo… todavía.
Los pescados grandes, los grandes depredadores, son los que más mercurio tienen. Han vivido más años acumulándolo y se comen al pez chico que también tiene mercurio aunque en menos proporción.
Por tanto hay que priorizar el consumo de pescados pequeños. Dentro de ellos incorporamos al atún claro, el de lata, el pequeño. Nunca van a poner un atún gigante en una lata, ése lo venden a precio de oro al mercado nipón.
El salmón también tiene escaso mercurio. Así que come estos pescados y mejor aún los más pequeños, sardinas, caballas, que además son pescados azules con sus beneficios añadidos.
En cuanto los aditivos, no hay que preocuparse, no suelen llevar. Únicamente hay que tener cuidado con la sal que a veces es excesiva. En ese caso podemos reducirla del resto de alimentos que consumamos durante el día.
Ojo con las conservas en salsa, americana o escabeche. Evitarla. O mejor, cómelas si te gustan mucho, pero muy de vez en cuando. No pasa nada porque el 10% de nuestra alimentación no sea completamente saludable.
- Os dejo los ingredientes de unos mejillones:
Ingredientes: Mejillón (85%), salsa (contiene sulfitos) (tomate, aceite de girasol, cebolla, ajo, azúcar, almidón modificado de maíz, caldo deshidratado, potenciador del sabor (E-621), estabilizantes (E-466, E-415, E-401), salsa, sal, aromas)
sulfitos, aceite de girasol, azúcar, almidón modificado, glutamato monósodico E-621, sal y más aditivos: 2 de ellos estabilizantes sospechosos.
- Calamares en su tinta:
Le sobra el aceite de girasol, azúcar, colorante E-153 que está prohibido en EEUU.
- Calamares en tinta americana:
Primero, no son calamares, son pota. Segundo, atestados de aceite de girasol, como no podía ser de otra forma. Y tiene el E-385, secuestrante le llama. Quizás se refiere a que secuestra nuestra salud.
El E-385 es el EDTA, un conservante que ya vimos que es de los más inapropiados. A continuación pongo algunas de las advertencias que aparecen en e-aditivos.com : Muy peligroso para los niños. Inhibición de la absorción de minerales,…
¿Quieres mejillones sabrosos? Cómpralos crudos y hazlos tú, o cómpralos al natural y prepara la salsa que prefieras, o acompáñalos con las especies que te gusten y un buen AOVE.
Se recomiendan conservas de pescado, sí, perfecto, mejor al natural o con aceite de oliva. Y siempre priorizando el pescado fresco o congelado.