El Azúcar, hay quienes lo consideran como uno de los venenos blancos. Es un poco exagerado. Demasiado alarmista. El azúcar cuanto menos mejor, pero sin ser extremistas.

El azúcar, es un disacarido, formado por una molécula de glucosa y otra de fructosa. Se obtiene principalmente de la caña de azúcar y de la remolacha.

Azúcar añadido a productos ultraprocesados

Es extremadamente barato. Ese precio tan bajo es un aliciente para su uso en la industria.

En realidad se denomina azúcar, según la legislación vigente, a los monosacáridos y disacáridos. Es decir, azúcar son los hidratos de carbono de cadena cortos, los que tienen un índice glucémico alto y producen picos de insulina, derivando a la larga en hígado graso, obesidad, diabetes.

Los azúcares aparecen en la lista de ingredientes de los etiquetados de los alimentos procesados. Y su cantidad exacta viene explícita en el apartado de información nutricional. Ahí se expresa la suma de tanto los azúcares naturalmente presentes en el alimento como los añadidos. Es algo que se debería regular para dejarlo más claro al consumidor. El azúcar añadido es más perjudicial que el naturalmente presente, a no ser que se haya roto la matriz del alimento, como sucede en los zumos exprimidos, pero eso lo hablaremos otro día.

La OMS, Organización Mundial de la Salud, nos dice que el consumo máximo de azúcar por día en adulto es de 25 gramos, y en un niño, la mitad. Es muy fácil excederse, porque está prácticamente en todos los productos, pero muchas veces nos engañan con los nombres que usan.

Por ejemplo, en un chorizo industrial, nada recomendable según los OMS, hay azúcar oculto con otras nomenclaturas.
Carne de cerdo, panceta, sal, pimentones, dextrina, especias, dextrosa, aroma, antioxidante (E-301) y conservador (E-250). Envoltura de colágeno comestible.

Dextrina y dextrosa son azúcares, polisacáridos sí, pero de cadena corta. Por tanto se comportan en nuestro organismo igual que el azúcar.

Así que no es fácil evitar el azúcar. Hay que estar ojo avizor. No pasa nada por tomar un poco. Pero estemos atentos para no atiborrarnos.

El azúcar no sólo endulza también se usa como conservante, para aportar volumen, textura y color, como agente modificador del punto de fusión y congelación,…

Tampoco pasa nada por tomar de vez en cuando un dulce o más de 25 gramos de azúcar un día. De hecho los que practican deportes intensamente necesitan hidratos de carbono de absorción rápida para recuperarse de los esfuerzos. Así que el azúcar no es el demonio, pero tampoco es nuestro amigo.

Hay que tener cuidado sobre todo con los niños. A los niños los premiamos con azúcar. Las abuelas les dan chuches si se portan bien. Si se comen la comida le dan un postre dulce. En los cumples hay tartas, golosinas varias, dulces sin fin.

Debemos evitar que nuestros pequeños asocien lo dulce con la diversión. Una fruta les hace mucho más bien que cualquier tontería dulzona. ¿Os imagináis una tarta hecha con frutas con base de yogur o hecha con avena y huevo?