Partamos de la base de que la ingesta de cereales no debería nunca ser la base de nuestra alimentación. Evolutivamente hablando apenas llevamos cinco mil años consumiendo cereales de forma masiva. Estamos peor adaptados que a otros alimentos que nos han acompañado millones de años, como frutas y verduras.

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¿Por qué se empeñan en que desde nuestro nacimiento tomemos cereales en tan grande cantidad? Respuesta breve, porque son muy baratos. Y tú, ¿quieres alimentar a tu bebé con algo que es muy barato? ¿Quieres ahorrar dinero en esta faceta de tu vida? Pues la industria piensa que sí, que tus prioridades son ésas.

Volvamos al azúcar. Las papillas de cereales contienen de forma natural sobre un 5% de azúcar. Pero solían tener hace no mucho hasta un 20% de azúcar. Una barbaridad para un recién nacido.

Debido a la nueva moda del antiazúcar, la industria se ha puesto las pilas y ha quitado el azúcar añadido. Y además en vez de cereales refinados usa cereales integrales. Piensan en los ciudadanos para mejorar el producto. ¡Qué gran mentira!

Siguen con el engaño.

¿Pero no son mucho mejores los cereales integrales? Sí. Pero hay un truco, perverso truco.

Los cereales, aunque integrales, están hidrolizados. Luego explicamos que significa hidrolizados. Pero primero veamos un ejemplo de un etiquetado de unos cereales de Nestlé, de los más consumidos. Ahora con su vitola de sin azúcares añadidos y cereales integrales.

Harinas (95,1%) [trigo hidrolizada, trigo integral (grano completo)(23%), avena integral (grano completo)(10,4%), espelta, centeno, cebada], aceites vegetales (girasol alto oleico, girasol y nabina), oligofructosa, inulina, extracto de tila (0,4%), sales minerales (carbonato cálcico, fumarato ferroso, sulfato de zinc y yoduro potásico), vitaminas (c, e, niacina, b1, a, b6, ácido fólico, d), aroma (vainillina) y bifidobacterias (bifidobacterium lactis).

No hay azúcar por ninguna parte. Lo único sospechoso es oligofructosa e inulina.

Pero qué significa trigo hidrolizado. Quiere decir que los hidratos de carbono de cadena larga, el amidón, han sido disociados y convertidos en hidratos de carbono de cadena corta. Es decir los transforman en azúcares simples. Con igual efecto en nuestro cuerpo que nuestro famoso azúcar. En lugar del dulzor del azúcar tienen el dulzor del integral hidrolizado, que es similar al azúcar. Pero han eliminado la palabra azúcar de los ingredientes y añadido integral.

La industria dice que lo hacen para que los bebés digieran bien los cereales. Pero está demostrado que éstos pueden digerirlos sin ayuda a partir de los pocos meses de vida.

Por tanto, comprobado queda, la industria sigue vendiéndonos papillas ultradulces, llenas de pseudoazúcares, para conseguir que nuestros bebés se conviertan a la larga en adultos dependientes de lo dulce, con polienfermedades crónicas.

¡Por favor, no nos engañéis más!. Y menos aún cuando se tratan de nuestros bebés.