Consiste en ubicar al niño en un rincón neutro, con pocos estímulos, durante un período breve, que suele constar de un minuto por cada año de la edad del niño.
El niño así se calma y puede recuperar el control. Le alejamos del lugar que ha producido del castigo y a la vez del resto de los niños para evitar reforzamiento.
Se usa con rabietas, cuando pega, contesta,… Éstas son conductas que usan los niños cuando demandan atención. Y los adultos suelen caer en su trampa y se la conceden. Es mejor retirarles la atención.
Suele ser útil cuando se portan mal en lugares públicos. Sobre todo se usa para niños pequeños.
Tres opciones:
- El niño sale de la habitación. Sin televisión, sin juguetes,…
- Permanece en la habitación, pero de espaldas. Sin obtener el reforzamiento de los demás niños. Es el conocido “rincón de pensar”.
- El niño se queda en la habitación viendo como los demás se lo pasan bien.