Por tanto la fibra no es estrictamente un nutriente, no nos aporta energía. Lo mismo que entra, sale. Y este es uno de sus grandes beneficios, sirve para estimular la peristalsis intestinal, vamos que sirve para hacer caquita.
La fibra se encuentra principalmente en los vegetales, frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, siempre y cuando no hayan sido muy procesados por la industria.
Nuestro organismo no dispone de las enzimas necesarias para romper las grandes moléculas que forman la fibra. Pero nuestra microbiota sí las tienen. Es un gran alimento para nuestras bacterias. Descomponen la fibra y producen gases y los beneficiosísimos ácidos grasos de cadena corta.
De hecho el almidón resistente, visto en el artículo anterior, es un tipo de fibra. Ahí ya vimos los grandes beneficios de la acción en la microbiota.
Beneficios de los ácidos grasos de cadena corta:
- Estabiliza los niveles de azúcar en sangre.
- Reduce el colesterol malo.
- Ayuda a la absorción de minerales.
- Estimula la salud intestina con el aumento de la flora bacteriana.
La fibra también nos produce más saciedad. Tenemos que masticar más y además tiene gran capacidad de absorción de agua. Nos llena y nos hace comer menos. Por eso las dietas basadas en comida real son tan útiles para la pérdida de peso. Su gran cantidad de fibra nos controla el apetito y nos hace comer solo lo necesario. Nuestras hormonas autorregulan el apetito.
Hay dos tipos de fibra: soluble e insoluble.
- La fibra insoluble nos ayuda a ir mejor al baño, forma parte de nuestra heces, haciéndolas más grandes y, gracias a su capacidad de absorción de agua, haciéndolas menos duras. Adiós al estreñimiento. También nos ayudan a la limpieza del colón.
- La fibra soluble es más fermentable por las bacterias. Sirve de alimento para ellas y también formará parte de las heces. Produce más gases. Seguro que ya adivinas que abunda en las legumbres. La fibra secuestra parte de los azúcares y grasas ingeridas disminuyendo su absorción, regulando de paso el nivel de glucosa en sangre y el colesterol.
Sí, la fibra produce gases. Si quieres introducir más fibra en tu dieta hazlo progesivamente. Haz que tu microbiota se habitúe. Si no lo haces, podrás tener digestiones difíciles.
Toma suficiente fibra. Toma frutas, verduras, legumbres y productos de cereales no refinados.