Nos están volviendo locos. Han acabado con “el desayuno es la comida principal”, “hay que hacer cinco comidas al día”, “hay que tomar tres lácteos diarios”. Y ahora se meten con los zumos.
¿Puede haber algo con una aureola de saludable mayor al de un zumo de naranja recién exprimido? Pues no es tan bonito todo como nos han contado.
Primero analicemos un zumo industrial. Sí, ya sé, que sabes que no es lo mismo. Sí, pero hay muchas madres que se lo dan a sus niños o ancianos pensando en que lo hacen perfecto.
Veamos el zumo del primo más famoso de la tele, el zumosol. Zumo de naranja sin pulpa, que a mi hijo le gusta sin tropezones (¿así educamos a nuestros niños?). Formato 750 ml.
9,4 gramos de azúcar. No es mucho, ¿verdad? Craso error. 9,4 gramos por cada 100 ml. Un vasito para nuestro niño serían unos 250 ml, es decir, más de 23,5 gramos de azúcar libre. Casi la cantidad recomendada para todo un día en un adulto. Para un niño sería la mitad. Por tanto, estamos dando el doble de azúcar de lo máximo recomendado para un niño en un sólo vaso que se lo bebe de un trago, sin enterarse. Y luego añadimos galletas, dulces, lácteos azucarados,… Así está nuestra infancia.
Pero por lo menos nos queda el zumo exprimido en casa. Eso sí es healthy, ¿no?
Siento decirlo, pero no. Por supuesto que no es un veneno, ni es malo. Pero equivale a tomar azúcar libre igual que cuando tomamos un zumo industrial. De hecho un zumo de naranja casero tiene el mismo azúcar, o más, que un refresco como la coca-cola. Por supuesto, el zumo tiene vitaminas y un refresco no. Pero nos referimos al azúcar.
Al exprimir la naranja, quitamos la matriz del alimento, eliminamos la fibra, liberamos los azúcares de la fruta. Los azúcares liberados son sacarosa, fructosa y glucosa. Y glucosa y fructosa son las moléculas del azúcar de mesa, también llamada sacarosa. Es decir, exprimir significa fabricar azúcar.
La mayor cantidad de fibra del zumo se queda en la cáscara y la otra se desecha. Al no haber fibra o haber muy poca no se produce la saciedad, nos tomamos el zumo sin enterarnos, sin esfuerzo. Y luego enseguida nos vendrá el hambre, y a seguir comiendo, y como nos pilla fuera de casa cogeremos lo primero que encontremos, que ya te digo yo que no es nada saludable. Máquinas de vending con productos saludables no las hay.
Para hacer un zumo hace falta un mínimo de dos o tres naranjas. Te imaginas tomarte dos o tres naranjas enteras. Acabarías lleno, seguro que no podrías con ellas. Las naranjas con su fibra hacen que te sacies y hacen que no suba el pico de glucosa en la sangre y que el azúcar pase poco a poco a nuestro organismo.
Por tanto, tomar zumo no equivale a tomar fruta. Recuerda la recomendación de tomar cuatro o cinco piezas de fruta o verduras al día. Esa recomendación sí sigue en pie.
Es muchísimo mejor tomar la fruta entera.
Si quieres tomar zumos tómalos, que sean naturales, y hazlo de forma no muy habitual, y en cantidades pequeñas. Si haces deporte y llevas una vida activa y comes el resto lo más real posible tampoco pasará nada.
Yo he visto tomar a prediabéticos diariamente un zumo de varias naranjas, recomendado por su médico. Ahora ve tú y diles que lo hacen mal. No te harán caso. Pero por lo menos nuestras vidas sí podemos dirigirlas nosotros.
Esperemos que se pongan las pilas y el sistema sanitario se actualice.