Quimiofobia es el miedo injustificado a todos los aditivos químicos que usa la industria alimentaria. Es el rechazo a todos los E’s, estén en el producto que estén.
Partamos de la base de que todos los ingredientes que se usan en la alimentación están permitidos por los organismos sanitarios, todos. Los aditivos pueden usarse en unas dosis máximas que son establecidas en Europa por la EFSA, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.
El uso de los aditivos es establecido pues por la EFSA. Como también lo es su revisión y su retirado si se demuestra que son peligrosos. ¿Te imaginas haberte hinchado a productos con alguno de estos aditivos y que al cabo del tiempo los prohíban?
Los aditivos se usan de dos maneras fundamentalmente:
- Primero para alargar la vida del producto y acabar con los microorganismos patógenos que nos harían enfermar.
- Y segundo para mejorar sus cualidades organolépticas, para hacer los productos más cremosos, más espesos, con mejor color, olor o sabor, más suaves,… En difinitiva, más atractivos.
Es decir, por un lado son fundamentales para aumentar la vida útil de los alimentos preparados. Y por otro lado no nos aportan ningún beneficio añadido para la salud. Más bien al contrario.
¿Es que los aditivos son peligrosos? Ya dijimos que no, en principio. Pero como nos advierten los nutricionistas tampoco son inocuos.
Definición de inocuo: que no hacen daño físico o moral.
Por lo tanto existe una posibilidad de que sí nos haga algún daño, sobre todo si abusamos de ellos. Y ése es el verdadero problema. La industria abusa de los aditivos. Los ultraprocesados están repletos de aditivos. Si basas tu alimentación en ultraprocesados o los consumes con frecuencia estarás consumiendo más cantidad de aditivos de los que te imaginas. Su cantidad y combinación podría acarrear consecuencias en un futuro.
Por eso es mejor reducir su consumo, no el de aditivos propiamente dicho, sino el de estos productos. Ya vimos que los ultraprocesados apenas tienen ingredientes con buenos valores nutricionales, si a eso añadimos los aditivos tendremos una alimentación pobre y con alguna posibilidad, aunque sea mínima, de que no sea inocua.
Otra cosa es cuando un aditivo, un conservante o antioxidante, por ejemplo, acompañe a un buen procesado, un bote de garbanzos, un guacamole, un tomate frito,… Ahí el daño es menor, inapreciable. Al basar nuestra alimentación en comida de verdad, compaginarlo con buenos productos procesados y minimizar los ultraprocesados, apenas ingerimos aditivos y su cantidad será mínima. Sus potenciales efectos negativos serán casi nulos.
Tampoco podemos huir del mundo que vivimos, hay veces que no nos queda más remedio que tomar algo menos saludable. También por nuestro bienestar mental. Una relación con la comida demasiado estricta puede derivar en trastornos alimenticios.
Otro factor en contra del uso de los aditivos superfluos en los productos industriales es que su fin es el de hacer estos productos demasiado buenos, auténticas delicias. No podemos parar de consumirlos. Activan circuitos de recompensa en nuestro cerebro y comemos y comemos. Y ya te digo yo que no tienen ingredientes nutritivos, escasos minerales y vitaminas, nula fibra. Y si los tuvieran serían añadidos, sólo con función de marketing, de hacerse pasar por saludables. Son alimentos además muy calóricos, grasas vegetales, harinas, azúcar, creando un exceso calórico que va directo a nuestro michelín.
Hay aditivos conflictivos: glutamato monosódico, aspartamo, sulfitos, nitritos, nitratos, galatos,…
¿Pasa algo malo por comer alguna vez alimentos con esos aditivos? No. Tampoco digo rotundamente no. Pero nuestro cuerpo tiene sus mecanismo de limpieza, hígado, riñones,… Somos capaces de lidiar con un poquito de toxinas y productos inadecuados. Pero cuando las dosis aumentan estos órganos acaban no pudiendo desintoxicar todo.
Formulo la pregunta anterior de otra forma. ¿Pasa algo bueno por tomar productos con estos aditivos? Y aquí mi respuesta sí es taxativa. No. No pasa nada bueno. No tiene beneficio alguno. Por tanto, ¿merece la pena su consumo? No.
Es mejor comerte un plátano, un huevo, unas verduras,… Sí. Los productos naturales también tienen E’s en su composición. Pero eso lo veremos otro día.
Perdón, he usado la palabra natural. Una palabra de la que se ha apropiado la industria para vendernos sus productos superprocesados. Es que se las saben todas.