cicloTodos tenemos el mismo pensamiento, un pensamiento único, prestado. Y con los años tendemos a ni tan siquiera pensar activamente. Tendemos a repetir patrones de pensamiento, una y otra vez.

En definitiva si no tomamos medidas adecuadas estaremos condenados a pensar siempre igual, lo mismo. “Lo mismo” con sus dos acepciones. Lo mismo, una y otra vez. Y lo mismo que piensan el resto de personas de nuestro entorno.

Pero estamos de suerte, hay solución, una solución al alcance de todos. Podemos conseguir tener una mente ágil, creativa, despierta, y que además nos haga sentir más felices. La solución no puede ser más sencilla.

aprender a comer con palillos

Tan sólo hay que hacer actividades nuevas. Tan sólo hay que aprender nuevamente, como cuando éramos niños. Prueba a comer con palillos chinos si no sabes, o a comer con la otra mano. Prueba a aprender otro idioma, ¿qué tal chino? Aprende malabares. A hacer sushi. O el mero hecho de ir al trabajo por un camino nuevo ya es bueno para la mente.

La mente debe enfrentarse a situaciones nuevas, que sean lo más diferente posible de las habituales. Los patrones mentales creados anteriormente no deben valer, los surcos antiguos deben ser insuficientes. La mente se verá obligada a estar más viva, creando nuevas conexiones sinápticas y aumentando el número de neuronas activas.

pereza

La pereza es nuestra gran enemiga. La pereza nos obliga a no hacer nada, a la inactividad. Pero la pereza también puede enmascararse, puede ponerse el disfraz de rutina. Con la rutina sólo funciona nuestra mente automática, nuestra mente pensante no hace nada. A pesar de que creemos que sí estamos haciendo algo, sólo usamos los patrones mentales ya creados. Lucha contra las dos perezas, la pereza física y la pereza mental.

abre la puerta

Si quieres tener una mente despierta y viva evita las rutinas. Haz cosas nuevas, haz cosas de manera diferente, piensa de forma distinta. Se consciente de tus hábitos de comportamiento y de pensamiento. Si notas que estás siendo atrapado por el hábito, por la rutina, abre la puerta de un portazo, sal y haz cosas nuevas. Tu mente te lo agradecerá.